La crisis sanitaria vivida ha hecho que todos tomemos mayor conciencia de lo importante que es contar con servicios médicos de calidad. Aunque en España contamos con un sistema de sanidad pública, en muchas ocasiones es importante ser atendido con la mayor brevedad posible, sin exponerse a los grandes tiempos de espera que muchas veces impone la saturación de la sanidad pública.

Es gracias a esta mayor concienciación que la contratación de los seguros de salud privados ha crecido en los últimos tiempos, pero el recién llegado puede sentirse perdido y desorientado ante la gran diversidad de precios y servicios que las aseguradoras ofrecen. Es importante saber decidir por uno mismo sin dejarse llevar por las ofertas y estrategias de marketing y, en estas circunstancias, una de las decisiones más importantes está a la hora de elegir un seguro con copago o sin él.

¿Qué es el copago?

Los seguros de salud de cuadro médico permiten acceder a los servicios médicos dentro de un abanico de profesionales y centros que la compañía aseguradora ofrece. Dentro de este tipo de seguros, se encuentra además la distinción de aquellos que cuentan o no con copago.

El copago, como el propio nombre indica, implica que cuando el asegurado usa los servicios que su seguro médico incluye, tendrá que pagar cierta cantidad del importe del servicio. A cambio, los seguros médicos con copago tienen primas anuales más bajas.

Los seguros médicos sin copago cuentan con primas más altas, pero el asegurado paga siempre la misma cantidad, sin tener que pagar más independientemente de cuánto use los servicios.

¿Para quién son más recomendables los seguros con copago?

Los seguros médicos con copago buscan promover un uso más responsable del sistema médico, ya que al tener que pagar en cada uso un porcentaje del coste, se procura no acudir al médico para cosas innecesarias, ayudando a descongestionar el sistema.

Se trata de seguros muy adecuados para aquellos que buscan estar médicamente respaldados pero que no planean hacer un uso muy intensivo de los servicios, pudiendo conseguir así unos ahorros bastante notables con respecto a una póliza sin copago.

Para pacientes que necesitan acudir con mucha frecuencia a los servicios médicos para, por ejemplo, revisiones periódicas, esta modalidad no está recomendada.

Tipos de seguros con copago

Pese a que cada aseguradora ofrece sus propias condiciones, el copago no es una simple cuestión de blanco o negro: hay muchos puntos intermedios.

Las pólizas de salud con copago bajo ofrecen costes bastante bajos por el uso del acto médico, pero el ahorro que ofrecen en la prima también es reducido.

Las pólizas con copago alto hacen que el asegurado aporte un importe mayor, que puede ser superior para pruebas diagnósticas o procesos de alto coste aunque, a cambio, suelen implicar primas bastante bajas.

Finalmente, existen las pólizas con copago progresivo, pese a ser bastante inusuales. En esta modalidad, las primeras veces que se usa el servicio se cuenta con un copago bajo, pero conforme más se usa, va incrementado el importe por cada acto médico, y cada año vuelve a reiniciarse el contador.

Además de estos tipos, hay que tener en cuenta el límite del copago anual, que cada aseguradora marca en un punto diferente. Se trata de un importe, normalmente de entre 250 y 600€, a partir del cual aunque se sigan usando los servicios médicos, no se pagarán más copagos ese año.

 

 

Fuente de la noticia : ABC