Los millennials forman parte de una generación ya plenamente integrada en el mercado laboral. Cuentan con la ventaja de contar con un horizonte temporal más amplio para planificar su jubilación. La Asociación Europea de Asesores Financieros (EFPA España) ha elaborado un documento que recoge ocho consejos para que estos trabajadores empiecen a planificar su jubilación desde un punto de vista financiero.

  1. Ahorrar para tu jubilación desde tu primera nómina.
    El ahorro sistemático en plan ‘hormiguita’ permite acumular un capital final suficiente para constituir una renta que complemente la pensión pública. Una de las cosas positivas acerca de estos productos de ahorro es que se pueden contratar a partir de aportaciones mínimas muy baja.
  2. Asume ciertos riesgos de inversión.
    El horizonte temporal de los millennials les permite aceptar mucho más riesgo, por ejemplo, invirtiendo en planes con un mayor porcentaje en renta variable para obtener una mejor rentabilidad en el largo plazo e ir trasladando, con el paso del tiempo y según se acerque la jubilación, su cartera a posiciones más conservadoras. No obstante, hay que tener en cuenta que, en el escenario de tipos de interés bajo mínimos y prolongados en el tiempo, los inversores particulares deben saber que la única forma de obtener rentabilidades suculentas conlleva la asunción de más riesgos.
  3. Valora las diferentes alternativas.
    El plan de pensiones es el producto más conocido, pero existen otras vías de ahorro como los planes de previsión asegurados (PPA), con las mismas ventajas fiscales que los planes de pensiones y que aseguran un tipo de interés para toda la duración del contrato y, año a año, en función del mercado financiero, pueden remunerar a un tipo asegurado más alto; los planes de ahorro individual sistemático (PIAS) que son contratos con entidades aseguradoras para constituir una renta vitalicia asegurada. Los rendimientos obtenidos en el periodo de ahorro no tributan si se constituye una renta vitalicia; también hay seguros de vida de ahorro que no gozan de ventajas fiscales, pero permiten el rescate en cualquier momento; por último, los fondos de inversión pueden ser una alternativa o complemento de ahorro para la jubilación. La liquidez que ofrecen (desde hace poco los planes de pensiones también tienen liquidez a los 10 años de la aportación) y su acceso a un mayor abanico de productos les diferencian de los planes de pensiones tradicionales.
  4. Piensa bien con qué entidad contratas tu producto de ahorro.
    Es importante estudiar la calidad de cada entidad y producto, sobre todo sus buenas posiciones en el ranking de rentabilidad a largo plazo (rentabilidad sostenida) y solvencia. Aunque no hay que olvidar que rentabilidades pasadas nunca aseguran rentabilidades futuras, por lo que la diversificación será el mejor elemento protector.
  5. Conoce la estimación de tu pensión pública.
    La Seguridad Social tiene un programa de simulación para conocer la cuantía aproximada de la jubilación pública. Además, existen otras organizaciones que ofrecen simulaciones teniendo en cuenta las cotizaciones realizadas hasta el momento y otras circunstancias personales. En ocasiones, estas simulaciones no se ajustan a la realidad, y más con tantos años por delante, pero pueden ser una guía de cara a diseñar una estrategia de inversión a largo plazo.
  6. Cuidado con las comisiones.
    Cuando se contrate un plan de pensiones o producto de ahorro, debemos conocer las comisiones de gestión y depósito. Teniendo en cuenta que mantendremos nuestro plan de ahorro durante muchos años, las diferencias de ahorro acumulado pueden ser considerables, aunque no siempre un plan con una comisión más baja es el más adecuado. No obstante, las comisiones en planes de renta fija, por ley, son inferiores a las de los planes de renta variable, ya que éstos últimos deben tener, sobre todo, una gestión dinámica y activa para obtener buenas rentabilidades que mitiguen el efecto de esas comisiones.
  7. Aprovecha las ventajas fiscales.
    Los planes de pensiones ofrecen condiciones muy atractivas para los ahorradores, ya que las aportaciones a planes reducen la base imponible del IRPF. Esas ventajas fiscales a lo largo de los años proporcionarán un remanente económico considerable.
  8. Consulta a los asesores financieros.
    La mejor forma de lograr una correcta planificación para la jubilación pasa por consultar con un asesor financiero, que nos aconsejará la mejor forma de trazar una estrategia que nos permita obtener la máxima rentabilidad financiero-fiscal, nos asesorará en el momento en que debamos cambiar el perfil de nuestro fondo y a la hora de obtener la mejor prestación en forma de renta vitalicia, temporal o financiera.

 

Fuente de la noticia INESE